jueves, 2 de septiembre de 2010

14

Mi vida conyugal con Ojos Azules.
O las experiencias de un terrícola recién aterrizado en el planeta Casa-Gallinero, descubriendo una civilización extraterrestre desconocida. Para empezar, mi organismo plenamente urbano no logra encajar ni asimilar lo que se supone son los encantos de la vida rural: están las gallinas, por supuesto, que andan sueltas por los alrededores buscándose el sustento y que en cuanto me ven se lanzan corriendo tras mis pies para picotearme los cordones de las zapatillas, quizás por detectarme como un elemento extraño non-grato; hay además dos viejecitos con boina, los "otros habitantes del pueblo" ( según las cifras suministradas por mi anfitrión, ellos solos componen el treinta por ciento de la población en temporada no estival ), que pasean ovejas de un lado para otro y en sus ratos libres espían tras las esquinas con cara de empezar a tirarme piedras en cualquier momento. Y por fin, una anciana gorda y rubicunda que responde al nombre de Casilda: Casilda es la encargada de hacer las labores de la casa un par de veces por semana, y nos arrancamos un grito de terror mutuo el segundo día de mi presencia allí al entrar yo en pelotas en el baño y encontrármela fregando la taza del WC con un bote de Mr. Proper y una esponjilla de níquel.
"Es Casilda," me explicó Ojos Azules sin duda demasiado tarde mientras la interfecta se tomaba una tila con manos temblorosas "me echa un cable con los asuntos domésticos. Creo que olvidé advertiros a ambos de vuestras respectivas presencias en la casa."
No puedo decir gran cosa de Casilda aparte de que se gana su sueldo de una manera bien romántica porque no hace gran cosa allí aparte de mirar por la ventana y menear el polvo con un plumero. Es una mujer de pocas palabras y conmigo no utiliza ninguna, solo me mira con ojos rencorosos como sino hubiese logrado superar el impacto de nuestra primera toma de contacto. Ojos Azules cree que quizás yo haya sido el primer hombre que Casilda ha visto desnudo a la luz del día, puede que de noche también, y que eso haga que me mire de esa forma tan rara...
Luego, además de mi escasa fortuna en la toma de contacto con la fauna local ( habitantes incluidos ), la segunda cosa que me hace sentir fuera de sitio todo el tiempo, sin saber qué hacer ni en qué sitio ponerme, es justo eso, la vida conyugal de los cojones. Después de pasar mi segundo día completo allí llegué a pensar que nunca desde que podía recordar había estado viendo a nadie tanto y tan seguido como a Ojos Azules: Abro los ojos cuando me despierto, y ahí está. Salgo del baño y me le encuentro. Si salgo a pasear sale conmigo, cuando comemos lo hacemos juntos y si se sienta a pintar uno de esos cuadros con los que pierde el tiempo, le gusta que esté por allí cerca para darle conversación...coño, me ha hecho darme cuenta de lo poco que tengo de que hablar la mayor parte del día...Y a esa sensación de extrañeza se añade el no saber qué se supone que tengo que hacer, y acarrear con la sensación constante de estar estorbando me ponga en el sitio en el que me ponga.
Al fin he tenido que plantearme buscar mis ratos de soledad aún cuando sea a costa de que Ojos Azules ponga esa expresión ligeramente dolorida que me hace retorcer las tripas: una caminata larga por la mañana y otra al terminar el día, para alejarme un poco de allí y mirar las cosas con perspectiva. Cuando me ha oído decir "no, no puedes venir, quiero ir sólo", además de la maldita mirada triste ha tenido que preguntar:
- ¿Estás molesto conmigo? ¿Hay algo que va mal?
- No, nada va mal -he suspirado- pero no estoy acostumbrado a esto, necesito pequeños espacios para estar yo solo conmigo mismo, nada más. Y de paso mover un poco el culo fuera de ese sofá, o llegaré a pesar trescientos kilos y cuando decidas que ya no me quieres aquí, tendrás que derribar un tabique para sacarme de la casa.
Con esto he logrado hacerle reír y me ha dejado salir al monte. El paisaje no es nada alentador, campos de cereal con un árbol cada cincuenta kilómetros, un frío que pela y el viento aullando como si hubiera una jauría de lobos hambrientos corriendo tras de mi, pero recurro a los avances de la técnica para conseguir un poco de calor humano: agarro el teléfono móvil y me comunico con mi antiguo mundo, es decir, con Carlos. Cuando recuperé la furgo y el móvil que tan descuidadamente había tirado bajo un asiento, tenía doce llamadas perdidas suyas y otros tantos mensajes de texto llamándome primero de todo por no contestar y amenazando luego con ponerse en contacto con equipos de rescate que fuesen en mi busca, así que al oír mi voz sólo le sale decir:
- ¡Pero si serás cabrón! ¿Se puede saber donde cojones te has metido? He llegado a pensar que te habías tirado al río por la depresión.
- ¿Depresión porqué?
- Coño, "por qué". Pues porque te han puesto en la puta calle y no sabes como vas a pagar los plazos de todo lo que sea que tienes que pagar al mes que viene. ¿Te parece poco?
- Hum, sí, visto así sí es un poco deprimente -murmuro distraído pensando que estoy llevando lo de moverme por el mundo en piloto automático demasiado lejos, y que realmente debería ocuparme de lo que se supone que es mi vida además de bregar con lo que tengo ahora entre manos-.
A Carlos no se le escapa ese tono de "estoy pero como si no estuviese" y suelta unas barbaridades poco propias del chico fino que se supone que es pero que me devuelven al mundo real.
- Te da todo igual, es increíble. ¿Entonces me vas a decir donde te escondes? ¿Porqué sopla tanto aire ahí?
- Es una especie de retiro espiritual, por llamarlo así -aventuro- Para...mmmm...poner en orden mi cabeza después del despido y todo eso.
- Menuda bola me estás metiendo. Bueno, no me lo cuentes si no quieres, es igual, tienes la suerte de que me preocupe por ti y haya conseguido una solución a nuestros problemas, al tuyo y al mío. ¡Es que tengo una potra increíble!: resulta que el último tío que me estoy follando un poco asiduamente es gerente de un telepizza...
- ¿No era al Manolo a quien te follabas asiduamente, o es que te follas asiduamente a más de uno?
- Escucha y calla: pues el tío cuando se ha enterado de lo que nos ha pasado me ha conseguido dos puestos para currar allí, uno en la cocina y otro con la moto repartiendo aunque en realidad está uno un poco a lo que le mandan, según las necesidades del negocio. Tendremos que ser versátiles, en el sentido más amplio de la palabra, ji-ji, pero vaya, qué me dices, ¿a que es alucinante?
- Desde luego es alucinante -replico lleno de indignación- ¿así que esta es la forma en que progresamos y mejoramos nuestro estatus, metiéndonos en el telepizza? Solo espero por tu bien que esta vez no hayas prometido que le voy a comer el culo a nadie porque desde ahora te digo que...
-...para-para, no hay culo que valga. Este es un tío legal, nos va a hacer dos contratos eventuales y tal pero no ha pedido ningún tipo de compensación. O por lo menos tú no tendrás que compensarle en nada, yo me siento un poco en deuda con él, trataré de demostrarle que estoy agradecido, ya me entiendes.
- ¿Agradecido? Joder Carlitos. Qué diría tu madre si te viese haciendo pizzas o dando vueltas en la moto por ahí, con tu carrerón y tus masters...
- Vale, lo estás consiguendo, me estoy sintiendo ofendido. ¿Entonces tengo que decirle que no aceptas? ¿Y que harás entonces? ¿Preparar oposiciones?
Ese tono zumbón de las oposiciones me mosquea porque ya había sopesado la posibilidad de prepararme unas entre polvo y polvo mientras Ojos Azules pinta o cuchichea con Casilda, pero tras unos segundos de reflexión me digo que el mundo de las pizzas puede ser una excusa tan buena como cualquier otra para salir de planeta-gallina y mantener de paso a raya a los acreedores. Así que le digo en tono digno:
- Lo voy a considerar como una opción para la supervivencia, nada más. No prometo que aguante ni los quince días de prueba, ¿eh?, pero en fin...¿cuando tendríamos que empezar?...

Con estas noticias espero más tarde a Ojos Azules frente a una ventana, contemplando el atardecer. Allá en el horizonte el sol se ha abierto paso a codazos entre las nubes grises y ahora aparece como una gran bola de fuego, montando un espectáculo que solo puedo describir como sangriento. No estoy acostumbrado a tener tanto cielo sobre mi cabeza, otra cosa más que no termino de asimilar como tantas otras en los últimos días,y en cierto modo la imagen me impresiona.
Sin mirar puedo oír crujir suavemente el suelo bajo sus pies antes de que me abrace por la espalda, a traición, y apoye la barbilla en mi hombro con un ligero suspiro. Una vez más, el efecto combinado de su aroma y su calor contra mi cuerpo provocan un cortocircuito cerebral en mi cabeza, y de pronto he olvidado qué era lo que estaba esperando decirle.
- Ya has vuelto de tu paseo -dice en voz baja- Que tal, ¿te gusta lo que ves ahí fuera?
- Bueno...No lo definiría como gustar, pero está bien, sí...
Sus manos, que un momento antes se entrelazaban en mi cintura, se liberan la una a la otra para posarse en mi bragueta. Al encontrar lo que hay allí, deja escapar un leve suspiro contra la piel de mi cuello que me eriza el vello de esa zona, luego empieza a desabrocharme despacio los pantalones, sin despegar la pelvis de mi trasero. Yo fijo la mirada en el furioso anochecer, creo que si sigo con la vista clavada en esas llamaradas durante mucho tiempo terminaré por quedarme ciego.
- ...y no me echas de menos todo ese tiempo que estás solo...-jadea ahora-.
De pronto estoy desnudo de cintura para abajo, y un momento después siento que él también lo está. Espero que Casilda ya no ande por la casa o alguien tendrá que hacerle un boca a boca si se presenta de repente y ve lo que está pasando.
-...echarte de menos?...un poco -respondo con voz aflautada-...de hecho, un huevo.
No contesta, me obliga a reclinarme sobre el alfeizar y enseguida noto su polla buscando una vía de acceso entre mis glúteos. Todo es tan rojo ahí fuera que pienso si se habrá reventado algo en el fondo de mi retina y por eso me parece estar flotando en un mar rosa y púrpura.
- Tengo...problemas de adaptación...no estoy acostumbrado a todo esto -gimo ahora como si estuviese al borde del llanto-.
Estoy dispuesto a explicarle a qué me refiero con todo esto y por fin se hace la luz,recuerdo que debo contarle lo del trabajo que Carlos me ha encontrado, pero ahora está entrando en mi culo sin demasiadas contemplaciones y el mar rosado se llena de estrellas plateadas, tengo que morderme el labio inferior para no gritar y agarrarme con fuerza para soportar sus embestidas.
-...sabes lo que creo...-resopla-...piensas demasiado... Relájate y disfruta...
No sé si se refiere a mi estancia allí en general o a ese momento en particular, ni hay tiempo para meditarlo porque siento que algo se funde en mis rodillas, me parece que si no me sujeta voy a caerme al suelo. Él se da cuenta y me aferra fuerte, diciendo:
- Tranquilo. No pienso dejarte caer.
... de nuevo no sé si habla de este momento o si lo dice para siempre, si de verdad va a estar siempre ahí para impedir que en algún momento mi cuerpo siga su tendencia natural a estrellarse contra el suelo, real o metafóricamente hablando, y quiero preguntárselo, "¿de verdad vas a estar siempre ahí?" pero ahora el mar empieza a vibrar en ondas cálidas en torno a mi y el placer es tan grande que tengo que cerrar los ojos porque si sigo mirando creo que me voy a desvanecer en ese rosa, que voy a disolverme ahí hasta desaparecer...

8 comentarios:

  1. Argh, yo estaba ya que me subía por las paredes esperando la nueva entrega. Menos mal que estamos en la era del intenné y no hay que ir una vez al mes al puerto a recoger el nuevo capítulo, porque estoy empezando a padecer (bueno, empecé ya hace rato) de "ninfomanía areadedescansística", y me tienes en un sinvivir.

    Y además usas "rubicunda", que es una palabra tan hermosa, y escribes cosas como "No estoy acostumbrado a tener tanto cielo sobre mi cabeza". Y a mí se me cae la baba.

    Besos. Y me voy a por la segunda lectura.

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  2. Y yo ya ando haciendo paralelismos entre área y amor, amor, amor. Y veo como te gustan los árboles aislados en medio de paisajes desolados, te gustan o te disgustan pues son símbolo de lo desolado.
    Qué querrá Carlos?

    Lo único que me ha disgustado es ver que Theo se me ha adelantado en comentar. ;)

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  3. Bueno, bueno, vuelvo de las vacaciones y me encuentro que has trabajado como un loco, te has estrujado las meninjes para sentir como tus asiduos lectores se queman a lo bonzo por combustión expontanea, mientras se masturban hasta agotar las reservas leyendo tu novela por capítulos.
    No se si tenías planeado un guión o escribes inprovisando lo que se te ocurre en el momento, pero sea lo que sea y de la forma que sea, es algo tan personal, tan explícito, tan vivido salpicado de imágenes y situaciones tan concretas que me parecen que sean como los cromos de un albún que vas cambiando de posición, ahora uno aquí y otro alla y al final..ya veremos como termina esto.
    Al retomar tus post, he enmpezado por este último , no he podido resistirlo soy así de impaciente, pero me voy a imprimir los otros y con ellos me pasaré el finde onanisticamente.

    Eres un genio chaval, lo mio es morralla a tu lado.

    Por cierto, si recopilaras todo eso lo podrías presentar al concurso ese de " La sonrisa vertical "..¡ éxito asegurado !.

    Besos

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  4. Theo: te me fijas en unos detalles que me encanta. ¿Así que te gusta "rubicunda"?...jajaja...es cierto que hay palabras especialmente más atractivas que otras y rubicunda es bastante preciosa, pero estaba inventada ya, no tuve nada que ver en su creación, jeje. Gracias por el apoyo y el entusiasmo, que me sigue sorprendiendo un poco porque no me parece estar dedicándole a esto el tiempo suficiente como para hacer nada "en serio". Un abrazo, ninfo-no-sé-cuantos, jajaja...que hombre, como me hace reir.

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  5. Argax: ...mmmm, es cierto, hay mucho paisaje desolado en los dos sitios, igual es porque en esta tierra mía el paisaje es bastante parecido y es lo que hay más a mano. O tengo yo una adicción extraña e inquietante por cielos grandes y suelos planos, no sé. De todos modos, tal como le dije a Theo en su momento, gracias por dedicarle su tiempo a "Amor, amor, etc", porque le tengo mucho cariño a esa historia.El día que me ate la manta a la cabeza "tecleo" todos esos papeles que tengo por ahí en los que termina el cuento y así sabéis lo que pasó.
    Mientras ese día lejano llega ( lejano porque una vez que acabo algo de este tipo me cuesta volver con ello y es difícil que reúna las ganas suficientes para hacerlo ), te dejo un abrazo y las gracias por tu visita.

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  6. Geroni: pájaro, así que de vacaciones, ya te echaba yo de menos. Sabiendo que estás, tengo que pasarme por tu casa a ver si has dejado alguna más de tus perlas "hot". No sé que decirte más que no le haya dicho al resto, tanta buena palabra me da hasta un poco de vergüenza. Pero me encanta también, ¿eh? Porque a fin de cuentas las historias, mejor o peor escritas, están creadas para ser leídas, y el que por ejemplo tú estés aquí haciéndolo es lo mejor que me podía pasar.
    Un abrazo, cuídate.

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  7. Hoy tengo en el cuerpo un no se que...y he pensado me paso por don un.angel, que si ha publicado algo nuevo sera mi aliciente para mi pajorra y no no hay nada nuevo, pero solo leer un poco de lo escrito ya se me ha puesto dura, dura.., ja,ja,

    Besotes

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  8. Geroni: como siempre, encantado de estimularte, sea el sentido que sea...¿tan dura se puso?...no es que dude de tu capacidad eréctil, dudo más bien de mi capacidad excitante, jeje.
    Un abrazo, como siempre.

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