viernes, 17 de septiembre de 2010

17


De noche, en el área.
Por fin después de oscurecer ha parado de llover y entre las nubes se asoma a ratos una luna fría y pálida que sumerge el mundo en una helada calma. Nunca hubiera imaginado que iba a terminar viniendo aquí cuando no sé concretamente donde ir, y sin embargo aquí estoy, al volante de mi furgo, sin terminar de decidirme. Al final resultará que tengo un problema con este sitio y no me estoy dando cuenta hasta ahora.
Hasta hace cinco minutos un viejo amigo, el agente Romerales, ha estado aparcado detrás de mi vehículo dedicándome sonrisas de tiburón por el parabrisas y solo después de media hora se ha apeado, ha dado unos toques en la ventanilla y me ha colocado su mostacho a la altura de los ojos.
- Holaaaa. Que casualidad, volvemos a encontrarnos.
- Sí. Una de dos, o trabaja usted demasiado o estamos predestinados -le he respondido en tono huraño-.
- Créame, es lo primero. Espero que el destino me tenga reservadas sorpresas de mejor categoría. Y digame, ¿puedo ayudarle en algo? ¿Problemas con el vehículo, la tracción trasera, quizás?
- Es un área de descanso, ¿no? Pues eso estoy haciendo, descansando.
- Perfecto, perfecto. Nosotros también estamos escogiendo este sitio para hacer paradas en nuestras rondas nocturnas y desde que lo hacemos está tranquilísimo. Ideal para ese descanso que está usted buscando, je-je. De todos modos, para cualquier problema que tenga, estamos ahí, justo detrás de usted, ¿de acuerdo?
Para su desgracia algo ha sonado por la emisora que ha hecho gritar a su acompañante "¡jefe, tenemos que marcharnos!", y han tenido que salir zumbando, no sin antes señalarme con el dedo índice y el ceño fruncido como queriendo decir que me está controlando.
Si al final va a resultar que estamos enamorados...

Una vez que me han dejado solo he podido pasar revista al desastre de reunión con mis nuevos compañeros de trabajo, una pequeña fiesta en el piso de Feli con tres botellas de whisky del malo y la consigna "calzoncillos fuera" apenas se ha terminado la primera. Mientras un par de los nenes forcejeaban con los pantalones de Carlos, yo he murmurado un "excusez-moi" y he corrido al baño con la esperanza de terminar siendo olvidado, pero antes de poder cerrar la puerta un pie se ha introducido tras de mi, entrando a continuación el organismo completo de Feli, vestido solo con un tanga negro y luciendo una aparatosa erección.
- Tengo que hacer algo que solo yo puedo hacer -he explicado-.
- Buah, eso es una leyenda urbana, cariño. Cualquier hombre puede ayudarle a otro a hacer cualquier cosa por increíble que pueda parecer...sí, hasta eso puedo ayudarte a hacerlo yo -ha respondido con suficiencia logrando hacerme perder unos instantes preciosos pensando a qué se refería realmente con "eso"-.
Él ha aprovechado mi desconcierto momentáneo para cerrar la puerta y correr un diminuto cerrojo, luego se ha apoyado sobre ella con una sonrisa lasciva y se ha masajeado un rato la polla comentando así como de pasada:
- Fíjate en que estado llevo todo el día pensando en este momento. ¿No te doy pena?
Sin quererlo él, colocándome en esa situación de "esto va a ocurrir sí o sí y nada más porque lo digo yo" consigue que la vaga excitación que sentía hace un rato desaparezca por completo, terminando así con mis pequeñas dudas de conciencia.
- Me temo que no -responde esta casta versión de mi mismo que todavía me cuesta reconocer- Así que si no te importa dejarme mear a gusto, te lo voy a agradecer.
Feli posee una voluntad de hierro, inasequible al desaliento, la cual le ha hecho bajarse el tanga hasta medio muslo mostrandome un pedazo de mango que en su momento habría colocado en mi hit.parade personal de mangos, acompañado de un par de testículos oscuros y de aspecto pesado que también habrían encabezado mi ranking de pelotas en el caso de haberse encontrado este en situación de ser actualizado. Reconozco que he salivado un poco cual chucho a la vista de hueso de jamón, pero a la vez me ha sido tremendamente fácil poner la mirada en blanco y lanzar un resoplido de hastío.
- Ya veo que no vas a dejarme mear.
- Lo has adivinado. Se-puede-saber-qué-coño-te-pasa -pregunta dándome un toque en el pecho con cada palabra que me hace tambalear hacia atrás-.
Feli es grande y más fuerte que yo, me pregunto que posibilidades hay de que me haga pasar por el trance de ser forzado salvajemente en el WC, una experiencia que en su momento me hubiera parecido porno total pero ahora me provoca un cierto sudor frío. Me hace retroceder hasta que doy con mi culo en el lavabo y quedo practicamente sentado en él, con el cuerpo de Feli entre los muslos y ahí en medio su tranca con un tono rojo-amoratado cada vez más alarmante, se ve que la situación le está poniendo cachondo y está a punto de perder los estribos.
- E-escucha -digo sintiéndome la colegiala que ha bailado lentos demasiado pegados en el baile del instituto y ahora se ve forzada a improvisar una salida de emergencia- es tarde, estoy cansado de la moto, no tengo cuerpo para nada...quizás otro día...¿te parece?...
Feli se señala el rabo sonriendo como si estuviera escuchando jilipolleces.
- Vamos, tío, ¿Te parece que esto puede esperar?
De pronto golpean a la puerta y alguien grita: "¡Voy a entrar!"
Es Carlos, mi versión capulla del jinete salvador a lomos de un caballo blanco.
- ¡Adelante! -chillo-.
- ¡Ni se te ocurra! -ordena Feli- A no ser que vengas a echarme una mano para follárnoslo entre los dos.
La puerta se abre de un empujón haciendo saltar el cerrojo por los aires y aparece Carlitos en pelotas y empalmado, lo cual me hace presentir que el salvamento que va a brindarme será un poco relativo. Se queda mirando con la boca abierta la polla de Feli y solo puede decir: "¡Anda!".
- Este caballero está poniéndose un poco molesto -le explico con aires de modistilla ofendida esperando hacerme entender- ¿Me puedes echar un cable con él?
- Hombre, encantado -dice mi heroe y se pone a cuatro patas a chuparle el aparato a Feli-.
No creo que sea una maniobra de despiste porque su dedicación es sincera, sin embargo surge efecto, mi acosador se olvida por un momento de lo que estaba haciendo y yo aprovecho para escurrirme junto a ambos y salir a toda velocidad.
Paso corriendo por el salón, donde en el centro de un jaleo de culos y pollas morrocotudo veo al Mr. Él también me ve y puede que trate de decirme algo porque me señala con el dedo soltando lo que tiene entre manos durante un segundo, pero no espero a que se saque también lo que tiene entre los dientes y me lanzo escaleras abajo suspirando por mi libertad...

De ahí al punto en que me encuentro ahora no hay nada más que un lapso de conducir en la oscuridad sin pensar en nada en concreto y luego ese largo rato ahí con mi escolta personal de la benemérita cuidando de mi bienestar personal. Me he repetido varias veces las conclusiones que saqué tras la charla con mamá, y aunque en teoría sonaban bien, en la practica solo resultan palabras vacías. ¿Qué quiere decir esto? ¿Estoy condenado para el resto de mi existencia a no follar con nadie más que con Ojos Azules? ¿Ese es el futuro que me espera, utilizar este sitio exclusivamente como punto de descanso para el automovilista como le dije a Romerales?
Antes de que pueda responderme a mi mismo, veo llegar por el retrovisor un enorme camión con un montón de ruedas que se detiene al otro lado del área, en paralelo a mi furgo.
Camioneros. La presa más codiciada de los cazadores de la zona. Cuando enciende la luz de la cabina, veo que está particularmente bueno, es rubio con un gran bigotazo y la camisa a cuadros que uno imagina todo camionero debe llevar, remangada hasta el bíceps. Pego la nariz a la ventanilla del copiloto para verlo mejor y me dedica una agradable sonrisa.
Bien. Voy a lavar la mancha que ha caído en mi expediente después del suceso en el servicio de Feli, ese comportamiento de mariquita pudorosa que no reconozco en mi. Me bajo del vehículo con paso firme y atravieso el espacio que nos separa con paso firme y las manos en los bolsillos de mi chandal en una actitud que pretende ser desenvuelta. El tío parece satisfecho con lo que ve pues su sonrisa se acentúa y oigo el sonido que hace el seguro de las puertas al liberarse. No creo que hable ni una palabra de mi idioma porque me hace una seña para que de la vuelta y suba a la cabina por el otro lado. Más tenso de lo que quiero reconocer le obedezco y subo a su lado, con el corazón latiéndome en la garganta como si fuese la primera vez que me veo en una semejante. ¿O es que ya había olvidado esta sensación de ligera de nerviosa anticipación que precedía siempre al momento del contacto?...
Me le encuentro con la polla fuera del pantalón en ese estado que el diccionario de la real academia define como "morcillona", con una mano juega con ella mientras con la otra se acaricia el pecho por la camisa entreabierta. Aunque tengo motivos suficientes como para no reparar en ellos, me pierdo un momento en sus ojos, que son un poco del color de ese musgo que cubre las piedras y las cortezas de los árboles,de ese verde húmedo y brillante.
"Como vuelva Romerales nos hemos caido con todo el equipo" me da tiempo a pensar antes de inclinarme sobre la distancia que nos separa y meterme ese cacharro entre los labios. Es caliente, suave y ligeramente salado, quizás como todas las pollas pero me está resultando como si fuese la primera polla que me meto a la boca en mi vida...
Él dice algo de vez en cuando con voz ronca, en un idioma lleno de cortantes y ásperas consonantes, pero lo susurra de un modo que lo siento deslizarse en mis oidos con la suave calidez de un pañuelo de seda que él hubiera retenido mucho tiempo entre sus manos. Yo podría seguir toda la noche así, notando su sexo endurecerse en mi boca mientras él jadea en esa lengua extranjera palabras misteriosas vacías de significado para mi pero repletas de un sentido que de alguna manera me está volviendo loco. En cambio él no piensa igual, me hace incorporarme y después se desliza a la litera que hay tras los asientos, ofreciéndome a la vista un culo perfecto recubierto de un hermoso vello rubio. Deslizo la palma de mi mano por allí, sintiendo un nudo en la garganta de pura excitación, entonces entre sus muslos veo aparecer dos dedos que se deslizan ahí dentro, indicándome el camino a seguir mientras su pelvis se eleva y tiembla ligeramente, invitadora y sugerente.
En este punto es cuando yo me levanto sudoroso, murmuro una excusa que él no puede comprender y salgo corriendo de regreso a planeta-gallinero, a los brazos del hombre de quien creo estar enamorado, ¿verdad?
Pues no. No tardo ni un par de segundos en bajarme los pantalones y encajarle mi polla en el trasero arrancándonos a los dos un gemido de placer conjunto ( y sospecho que si mi aparato hablara, habría emitido un suspiro de alivio acompañado de un "por fin, pensé que hoy no entrábamos en acción" ). Los siguiente minutos son un polvo feroz y desesperado de los que supongo echan los reclusos que llevan veinte años sin follar pero que en mi persona está totalmente fuera de contexto: me cepillo al camionero con la rabia y el placer que proporciona el quebrantar los vetos que uno se autoimpone, como calzarse un bollo suizo en mitad de una dieta draconiana, y cuando nos corremos, lo hacemos a la vez, pegando unos gritos que temo que el agente Romerales dé media vuelta y se plante en el área con las sirenas del coche voceando y los pirulos azules encendidos...
...al terminar, no espero un instante, me despego al instante de la tibieza de ese cuerpo y salgo disparado de vuelta a la furgo, sin murmurar ni siquiera un hasta luego.
Saciado, satisfecho...y tremendamente culpable.
Arranco sin perder un segundo y me pongo en marcha.
Porque sé donde tengo que ir ahora, ¿verdad?

5 comentarios:

  1. No se me ocurre a mí dónde puede ir ahora.... je je. Aunque bueno, cualquiera sabe, que te gusta mucho jugar a la sorpresa y al despiste con nosotros, oh pobres lectores entusiasmados con tu historia. Y así debe ser :-)

    Qué bien me lo paso, oh yeah.

    Besote.

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  2. Entusiasmados y empalmados con tu historia, que cad vez es mas hot. Tengo que confesarte algo, tengo unas ganas locas que se lie con Carlos, pero parece que eso no llega En cuanto al pobre ojos azules, ahora irá a decirle que esta hecho polvo, después de tirarse al camionero nibelungo al que no le ha hecho ascos, no se porque tanto miramiento con el superpollón de la fiesta, al fin y al cabo no siempre se encuentra uno con algo parecido. Al inspector Romerales antes o despué terminará ch`pándosela,
    si no al tiempo.

    Besotes

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  3. Sabe donde tiene que ir, pero va o no va?

    Como ves se te ha montado aquí un séquito de hipotetizadores enganchados a tu historia.

    De este capítulo lo que me inquieta es qué le hará el Romerales en un futuro, porque se la tiene guardada seguro.

    En fin, eso es bueno que haya dudas y desorientación.

    Muy bueno, se lee tan fácil. Noto equilibrio entre el desenfreno del sexo y algo más profundo que ocurre en la narración, varios niveles, de qué quieres hablarnos? Mira que yo soy muy impaciente. ;

    Un beso

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  4. Theodore: Si te lo hago pasar bien, el objetivo principal está cubierto...sabes, a veces temo que alguien se espere que esto va a ser más trascendente de lo que parece y en realidad...uff, en realidad creo que no lo será tanto, jaja.
    Un abrazo y agradecido por tu fidelidad.
    Geroni: Tus comentarios me recuerdan que debo dejarme de pamplinas románticas e ir más al lío, jajaja. La mención a Romerales sí me ha resultado inspiradora, será por ese rollito morboso que me dan los uniformes???
    Un abrazo a ti también, majete.

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  5. Querido Argax: pues sí, me supongo que estas cosas son difíciles de comentar y lo único que cabe hacer es hipotetizar ( ¿a que no existe ese palabro??? ) sobre por donde irán los tiros más adelante. Como te dije, ni yo mismo lo sé muy bien, la historia va saliendo como va saliendo y yo solo hago de cronista de lo que pasa en la dimensión paralela, jeje.
    ...y no sé de qué quiero hablar, ni si al final acabaré hablando de algo. Si lo pienso es cierto que a niveles más profundos, hay una cierta motivación por la que suceden las cosas, pero no sé si al final será o no evidente...
    En cualquier caso, gracias por tus palabras, guapo.

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