domingo, 15 de agosto de 2010

11


El pueblo del Pollero es el puñetero Manhattan comparado con la aldea en la que resulta vivir Ojos Azules.
- Solo somos una docena de vecinos, y la mitad de ellos vienen nada más los fines de semana que hace buen tiempo. En verano está un poco más animado, pero ahora...
Puede sonar una observación deprimente o a mi me lo parece, pero lo dice como si me estuviese contando las ventajas y no los inconvenientes de vivir en el culo del mundo. Detiene el Ibiza frente a una gran casa de piedra de un par de plantas que no tiene nada que ofrecerle a la vista más que una fachada gris y una docena de ventanas pequeñitas, ni un solo detalle acogedor que le haga sentir deseos a uno de vivir allí. Ojos Azules en cambio parece más relajado por jugar en su campo, baja con soltura del vehículo y entra por una puerta de madera ancha sospechosamente parecida a la de un establo.
- La planta baja está sin reformar, era donde guardaban el ganado y cosas parecidas -me explica para confirmar mi impresión inicial-. Yo solo tengo una docena de gallinas, el resto está lleno de trastos viejos.
"Gallinas", me digo siguiéndole a través de un pasillo oscuro que huele justo a eso. "Ahora entiendo el arrebato que le dio al Pollero con este tío, era todo cuestión de feromonas". Mi anfitrión trota a continuación peldaños arriba por una escalera de madera chirriante, adelantándose para dar una luz allá en lo alto.
- ¿Ves mejor ahora? Yo ya subo con los ojos cerrados pero no quiero que tu te des con algo en la oscuridad.
La planta de arriba ya es otra cosa, una gran estancia -el salón, supongo- con muebles viejos y heterogéneos, una chimenea en una esquina, en la otra un espacio que parece hacer las veces de cocina. ..Incluso para mi criterio anárquico de la decoración esto está muy desordenado pero resulta acogedor. También pegada a la pared del fondo sube otra escalera de madera, más estrechita, supongo que con destino a la alcoba de Ojos Azules, ya que a simple vista mi instinto depredador -que ya calcula las posibilidades de un supuesto polvo- no ha detectado nada parecido a una cama.En cambio hay montones de cosas propias de un pintor, no de brocha gorda sino de los que pintan cuadritos, en plan-rollo-artista. Sería razonable por tanto preguntarle si pinta y qué es lo que pinta, pero sé lo que ocurrirá si cometo semejante imprudencia: me enseñará toda su obra, una colección de cuadros a buen seguro terribles pintados por él mismo ( supongo que florecitas y ovejas, que es lo que le pega ), ante los que yo tendré que componer gesto de entendido y decirle "jo-que-bonitos"cuando lo que suyo sería rociarlo todo con una lata de gasolina y prenderle fuego para ahorrarle al mundo la visión del asunto.Eso no entra en absoluto dentro de lo que tengo proyectado para la velada, así que me hago el loco cuando tropiezo con un caballete en mi deambular por allí y digo en su lugar:
- Pero hombre de Dios, y como se te ha ocurrido venirte a vivir a este...-"agujero", susurra mi yo maligno-...rincón tan apartado. ¿Te lo recomendó el médico, es por el aire o algo así?
- En realidad es para pintar -"mierda", mascullo al ver que se lo he puesto a huevo a pesar de todo-, necesitaba un sitio donde estar tranquilo y tal. La casa es de unos abuelos y llevaba abandonada un montón de tiempo, era justo lo que estaba buscando, apartado pero a la vez a media hora escasa de la ciudad. En cierto modo lo tengo todo, ¿no?
Habla con cierta cautela, le cuesta un poco encontrar las palabras y se frota a menudo la palma de las manos contra los muslos, como si le sudasen demasiado. Me pregunto en qué estará pensando.
- Entonces que pasa, que vives de las rentas -contesto sabiendo que me voy a arrepentir- Porque la pintura no creo que te de para vivir, ¿verdad? ¿o eres un pintor famoso y no me he enterado? Sería posible porque a mi toda la movida esta cultural pues como que...
- No... heredé un poco de dinero, y me di un año de plazo para ver si lograba lo que quería,que es justo lo que dices tu, vivir de mis cuadros -"vivir del cuento" pienso con un suspiro porque esta gente que se empeña en vivir de sus aficiones en lugar de currar en lo que pueden como todo el mundo me tira un poco de las pelotas-. Si no resulta, entonces me pondré a trabajar en algo, claro.
- Un año sabático, como mola -digo tirándome en un largo sofá lleno de cojines- Eso me haría falta a mi.¿ Y te lo vas a pasar así, pintando y follando todo lo que te pilles en el área? Que envidia, tío.
He herido su sensibilidad sin duda por la cara de retortijón de tripas que ha puesto. Incluso se ha puesto un poco colorado una vez más, aunque con el par de lamparitas que ha encendido tenemos una iluminación más bien escasa no puedo ver nada con claridad... ¿Será esto lo que el entiende por atmósfera pre-amatoria?
- Follar propiamente todavía no me he follado nada. Estábamos en ello cuando llegó tu amigo, ¿recuerdas?
"Vaya-vaya-vaya, la mosquita muerta ha sacado los pies del tiesto", pienso. Ahora es cuando me pregunta si quiero una copa, me larga un whiskazo, pone musica suavecita y me pregunta cortesmente si me importa dejarle que me la chupe un rato.
Nueva sorpresa. Ojos Azules, saltándose la copa y la musiquita, se quita la camisa y queda con el pecho desnudo, mirándome sin decir nada. Bajo esa luz su piel brilla con un millar de partículas doradas, en cambio su mirada es algo más turbia y oscura.
"Vamos, hombre" me digo para animarme un poco "que no se diga, ni que fuera la primera vez que te ves en un trance parecido. Sácate la polla y deja al chico que disfrute un rato", pero no logro recuperar mi seguridad acostumbrada, de pronto me siento...¡nervioso! Estoy a punto de perder mi reputación de follador pidiéndole un minuto para ir al excusado pero él se adelanta y poco a poco, con cuidado, se tumba encima mio dejándome sentir su peso sobre mi cuerpo. Mantiene la parte superior del torso un poco elevada apoyándose sobre los codos, así su rostro queda unos centímetros por encima del mío y puedo verle sonreir un poco.
-No sé exactamente en donde lo habíamos dejado -me dice el muy fresco. Luego repara en mi expresión, sin duda de apuro serio, porque pregunta- ¿ocurre algo?
Me gustaría decirle que lo que ocurre es que desearía algo más a lo bestia, algo más carnal y menos delicado, que esta imprevista ternura me deja la líbido a la altura de los callos de los pies. Aprovechando el arrebato de sinceridad, aprovecharía también para contarle que el polvo con el Pollero me ha dejado servido por el día de hoy, que ya no soy aquel jovencito que en veinte minutos estaba dispuesto y listo para otro asalto y que mañana, no sé, pero que en este momento no creo que se me levante el asunto ni con ayuda de una carretilla elevadora. En vez de eso sonrío con gesto de disculpa, y le respondo:
- Estoy cansado, no creo que...que pueda hacer nada ahora.
- ¿Me vas a decir que te duele la cabeza o algo parecido? -pregunta burlón-.
- Vete a la mierda -mascullo casi enfadado por esa desagradable sensación de estar perdiendo el control de la situación-.
Intento revolverme pero he quedado atrapado bajo él, descubriendo que al menos es tan fuerte como yo, mientras el muy capullo se rie bajito considerando quizás que todo es muy divertido. Por fin desisto, exasperado y me quedo a expensas de lo que el jodido Ojos Azules quiera hacer.
- Te aviso que con esta disposición de ánimo mia, todo lo que intentes será practicamente una violación -le aviso jadeando, lo cual logra que se ría de nuevo pero sin ceder un ápice su presa-.
- No voy a hacerte nada, hombre. La verdad es que yo también estoy un poco cansado después de tanto lío...
Deja caer su cabeza sobre mi hombro y se queda ahí, con la barbilla junto a mi cuello y su aliento rozándome la oreja.
- Ahora me levanto, ¿vale? -dice en voz baja- Hacía mucho tiempo que no estaba así con nadie...
Esto es, ya lo he entendido, al fin lo veo claro: lo que pasa aquí es que Ojos Azules busca novio, joder, y es de lo que me están advirtiendo todos mis sentidos de supervivencia. Eso es lo que me hace tener esta sensación de gato en perrera cavilando "si huelen como perros y gruñen como perros, va a resultar que sí son perros", me lo he estado oliendo desde el principio, desde que nos encontramos la primera vez y sentí que algo en su forma de actuar no era "correcto" en el sentido que yo le daba en aquel caso a esa palabra, lo he sabido y sin embargo he seguido haciendo el lelo y tonteando con el tema hasta verme justo en donde estoy ahora, atrapado y sin salida: Ojos Azules busca pareja, y aquí estoy yo con él tirado encima, en su sofá y sin posibilidad de escapatoria.
Pienso a cuantos kilómetros estaré del siguiente pueblo habitado, considero la idea de dejarle KO de un golpe en la cabeza y robarle el coche, es más, me veo en esa casa, en ese pueblo de mala muerte, con un delantal y una cofia haciendo huevos fritos para la cena mientras Ojos Azules pinta monas en el establo de ahí abajo como una pareja perfecta, y se me cubre el organismo de sudor frío. Tengo que huir e intentar no volver a cruzarme en su camino, ese es el plan...
No puedo creerlo cuando escucho un ronquido suave ahí al lado. El tío ¡se ha dormido!...
Asombrosamente, no pasan diez minutos cuando me duermo yo también...

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