martes, 16 de noviembre de 2010

24

La última vez que estuve allí el cielo era gris pizarra y soplaba un viento aullador que parecía directamente salido de la boca del infierno por lo desolador, no por lo cálido; ahora en cambio el día tiene ese tono de azul que precede a la llegada del verano y el mundo pajaril se desgañita canturreando desde todas partes... Sin embargo, en aquella ocasión la enorme casona de ventanas diminutas se me antojaba el lugar al que ansiaba regresar, un refugio, y hoy en vez de eso me parece un fortín impenetrable detrás de cuyos ojos oscuros me aguardan nada más sentimientos de soledad y tristeza. Un grupo de gallinas que picotean porquerías en el suelo levantan la cabeza como un solo hombre, me observan de medio lado así como miran las gallinas y emprenden una huida a paso ligero, no sé si para ponerse a buen recaudo o para avisar de mi llegada. Antes de que anuncien mi visita con unos coc-coc-coric-cos me planto allí delante y grito:
- ¡ Ee-ooo!...¿Hay alguien ahí?
Mis voces espantan a las aves cantoras y aquello, en absoluto silencio, queda convertido en un poblado fantasma bajo el sol de mediodía.
- ¡Soy yo! -insisto en gritar aunque la forma en que mi voz resuena en ese vacío me da un poco de miedo- ¡He vuelto!
Por fin un pequeño chasquido metálico me hace levantar la mirada, algo se ha movido ahí arriba. Cuando localizo su procedencia veo los dos cañones de una escopeta apuntándome desde una ventana del piso superior.
- ¡Joder, no dispares!...-chillo agachándome y cubriéndome la cabeza-...¿eres tú?...
Tras la escopeta, en la penumbra del interior, se recorta el rostro de Casilda contemplándome con una expresión que no me dice nada bueno. Sopeso la posibilidad de que la mujer haya terminado volviéndose loca por pasar tanto tiempo sola en aquel rincón perdido del mundo con la unica compañia de las habitantes del gallinero, y si estará tan zumbada como para pegarme de verdad un tiro y luego ocultar mi cadaver en algún descampado dejandome como pasto de los bichos campestres. Intento sonreir y hacerla recordar las maneras que se usan en el mundo civilizado.
- Casilda, que alegría verla. Está usted espléndida, en serio. ¿Se ha hecho algo en el pelo?...Porque la encuentro especialmente...
El sonido del arma al amartillarse me da ganas de hacerme pis en los pantalones. Aún así tengo que insistir, porque ella es la única posibilidad, el único eslabón que resta entre Ojos Azules y yo. Me cuesta un esfuerzo mantener operativos mis esfínteres cuando continuo hablando:
-...escuche, Casilda, sé que usted y yo no empezamos en su momento con buen pie y nunca terminamos de arreglar ese desencuentro, pero ahora tengo que pedirle ayuda...
- La respuesta es no. -la oigo ladrar con voz un poco estropajosa- Largo de aquí o te vuelo la cabeza, depravado.
- Casilda por favor. Tengo que encontrarle, he de saber donde se ha ido para hacerle saber que...
- Lo único que voy a hacerle saber es que hubo una complicación en el hospital y te has ido al otro barrio. Si no es eso lo que has venido a pedirme, vete por donde has venido o te juro por mi madre que en paz descanse que...
- ¿Que va a liquidarme aquí como a un perro?...vamos, Casilda, no la creo a usted capaz de algo así.
- Ponme a prueba, cabrón. No va a costarme nada. Cuando vengan los guardias les diré que soy una ancianita que vive sola, que al ver a un desconocido intentando entrar en casa me asusté y actué en defensa propia. Con la banda de albano-kosovares que andan atracando por los pueblos cercanos, seguro que me creen y me dan la absolución, ¿que te apuestas?
Empiezo a sudar tinta china porque de nuevo me pregunto si la situación no desafiará toda lógica y la mujercita se habrá transformado de verdad en una psicópata peligrosa. Aún así, no puedo irme, porque no tengo ningún sitio a donde ir.
- Lo siento, Casilda, pero no voy a moverme. Tengo que encontrar a su jefe y hablar con él. En estos momentos no tengo casa, no tengo trabajo, en realidad no tengo nada que me haga sentir deseos de hacer nada ni marcharme a ningún lado. Lo único que me da una razón de tirar para adelante es verle de nuevo, y este es el único lugar al que puedo acudir para conseguirlo. Así que si desea ayudarme, estupendo, y si no piensa hacerlo pégueme ese tiro y me ayudará también porque si es así tampoco tengo ganas de seguir viviendo.
Me he tirado un farol porque la verdad no estoy seguro de si realmente estoy dispuesto a terminar con mis andanzas allí mismo a manos de Casilda, pero no me queda más opción. De manera que cruzo los brazos como para reafirmarme en mi posición y me quedo allí plantado sin abrir la boca.
El cañón de la escopeta vacila unos instantes, se mantiene durante otro largo minuto y por fin desaparece.
- Jodido testarudo -la oigo gruñir- No voy a condenar mi alma inmortal por cargarme una rata como tú, pero por lo que a mi respecta, puedes pasarte ahí el día entero, no pienso abrir la boca. Ahora, si me disculpas, tengo cosas que hacer.
Continúo allí un buen rato, el bastante como para que el pajarerío se confie y se arranque de nuevo con los trinos mientras yo medito cual puede ser el siguiente paso en mi improvisado plan de acción, porque no me esperaba esta renuencia de Casilda a darme información. También las gallinas terminan por aburrirse de su escondite y reaparecen para continuar con sus actividades, dándome la sensación de estar empezando a hacerme invisible ...¿es posible que toda esta historia vaya a terminar de esa manera tan estúpida, con el mundo circundante olvidándose de mi?
Un súbito estruendo de motor a mi espalda nos hace dar un salto a todos los componentes de la escena (esto es, las gallinas y yo), nos damos la vuelta con un revuelo de plumas y cocoriocos y descubrimos que irrumpe ante la casa un 4x4 negro que reconozco como el absurdo trasto que Carlitos, mi compañero de ex-trabajo, utilizaba para ir a trabajar y que jamás podía aparcar en ningún sitio. De él se apea él mismo con unos vaqueros Calvin Klein, una camisa demasiado desabrochada de vete a saber quien, el pelo engominado y cara de indignación.
- Eres lo último, en serio. O sea que te dan el alta y te largas sin decirme nada a mi, que te he acompañado en el lecho del dolor. Me parece super-fuerte, en serio.
Por la otra puerta se baja Helga apretando contra su pecho al ancianito como si de su osito de peluche se tratase, con un ligero gesto de disculpa.
- Nos estaba siguiendo, lo siento cariño. Pero como decía mi madre, la ocasión la pintan calva y le pedí que nos llevase. Luego hemos visto el cruce y...
Vuelvo a escuchar el ruidito metálico que ya me es familiar y no me hace falta volverme para saber quien está asomada a la ventana empuñando de nuevo el arma.
- ¡Y ahora trae refuerzos! -grita Casilda desde la ventana como si no cupiera en sí de indignación ante el chocho que se le está organizando delante de su su casa- ¡Ahora va en serio, o se larga todo el mundo o llamo a la Guardia Civil!
Apenas ha terminado de decir esto cuando otro vehículo, un Citroen dos caballos bastante desvencijado, irrumpe en el lugar y no puedo dar crédito a mis ojos cuando veo al volante a Romerales con cara de loco y echando espumarajos por la boca. En cuanto frena pega un golpe en el techo, la capota de lona sale volando hacia atrás y se pone de pie sobre el asiento del conductor empuñando una pistola automática, la que supongo es su arma reglamentaria. Tal como va,sin uniforme, con una camisa a cuadros y unos pantalones de pana, pierde la mayor parte de su autoridad y carisma pero eso no parece afectar al propósito de su mente calenturienta.
- ¡Sodomiiiiiiitas, vais a morir! -grita consiguiendo que todo el mundo quede alucinado-.
- Joder, tengo que tener un tête á tête con el matasanos de psiquiatría -susurra Helga a mi lado- ¿quien dijo que este tío estaba ya totalmente recuperado?
Romerales fija en mi su mirada inyectada en sangre y jadea:
- Por fin te tengo. Ratoncito.
Y en ese momento me digo: "no".
Sencillamente, no voy a permitir que la locura que era mi vida vuelva a ponerse en marcha sin comerlo ni beberlo gracias a aquel pirado. Por lo cual, me planto ante el parachoques del Citroen y digo en tono sereno y firme:
- Largo de aquí. Vuelva al sanatorio del que sin duda se ha fugado y pida una dosis extra de tranquilizantes, porque parece que algo está fallando con su medicación. O agarre su coche y tírese al río, pero desaparezca de mi camino. ¿Lo ha entendido?
Romerales parpadea algo sorprendido por mi tono bravucón, luego lanza una carcajada siniestra y compone un gesto todavía más desquiciado que el anterior. 
. Que estoy mu loco, maricón. -ruge apuntándome a la cabeza con la pistola- Que no tengo nada que perder, te lo advierto.
- Yo tampoco -gruño aunque estoy cagadito de miedo, y puedo añadir entre dos aspiraciones convulsivas-...cabrón...homófobo...
Nos quedamos los dos mirándonos incapaces de creer lo que el otro está haciendo y de pronto, ¡bum!, se oye un estampido y el espejo retrovisor derecho del Citroen vuela en un montón de astillas, haciendo que todos echemos cuerpo a tierra.
- ¡Aquí la única que se lía a tiros soy yo! -escucho gritar a Casilda- ¿Entendido?
Romerales, ni corto ni perezoso, apunta a la ventana y pega otro tiro.
- ¡Hijo puta, casi me da! -se oye maldecir ahora a la anciana pero con la voz más amortiguada como si hubiera retrocedido al interior de la casa- ¡Ahora sí que estoy ENFADADA DE VERDAD!
Helga, Carlos y el viejecito empiezan a reptar como gusanos buscando alejarse de la zona de conflicto, las gallinas se ponen a cubierto y Romerales también se agazapa tras el parabrisas a la espera de un nuevo ataque. Hasta que pasados unos interminables segundos,  en esa ausencia absoluta de ruidos que acostumbra a dejar en los sitios el disparo de armas de fuego, se escucha claramente bufar a Casilda con muy poca prudencia "¿donde coño están los cartuchos?". 
Entonces el tipo salta del coche y con una sonrisa de coyote famélico anuncia con satisfacción:
- Huy-huy, me parece que tengo el control de la situación. ¿Estais preparadas para pasar un rato divertido, monadas?
No podemos contestar, porque un tercer vehículo, una furgoneta herrumbrosa que parece a punto de caerse a cachos aparece de pronto por el camino con un estruendo y se detiene derrapando ante nosotros. De ella se bajan cinco tíos enormes y rubios vestidos con vaqueros desgastados y camisetas sucias que hacen cuchichear a Carlos en un tono que reconozco como lascivo:
- Estamos salvados, el Séptimo de caballería...
Cuando vemos que todos llevan una escopeta recortada, las ganas de tomateo parecen esfumarse como por ensalmo del ambiente. El menos alto (como poco 1'85 ) se acerca, echa un vistazo alrededor y pregunta a sus amigos:
Kush janë ky grup e budallenjve? ( ¿quien es esta banda de panolis? )
Los otros ríen y uno de ellos que quizás roce los dos metros, con una barba dorada de tres días que en otras circunstancias me habría hecho jadear como un chucho, me da un toquecito en la entrepierna con la culata de la escopeta y contesta:
Unë nuk e di, por kjo është shumë e mirë. "Unë mund qij e saj, shefin?( No lo sé, pero este está bastante bueno, ¿puedo follármelo, jefe? )
El más bajito compone un gesto de fastidio, pone los ojos en blanco y contesta:
-Se durimi, gjithmonë duke menduar të njëjtën gjë...Mirë, ju mund ta marrë atë në shtëpi në hu, por nxitim.Ne kemi ardhur për të vjedhur, nuk lustrim saber. ( Que paciencia, siempre pensando en lo mismo. Está bien, puedes llevártelo al gallinero pero date prisa. Hemos venido a robar, no a sacarle brillo al sable.)
"¿Vamos a morir todos?" le susurra el viejecito a Helga, la cual le introduce la nariz en el canalillo de sus enormes pechos y resopla:
- No permitiré que le ocurra nada, no se preocupe. Yo le he secuestrado, ahora usted es responsabilidad mía y la gran Helga nunca deja sus asuntos a medias.
El grandote mal afeitado me agarra de un brazo, sonríe un poco maquiavélicamente y dice con aire jocoso:
Ejani këtu, karamele, unë jam duke shkuar për të mësuar se çfarë është e mirë. ( Ven p'acá, bombón, que te voy a enseñar lo que es bueno )
Yo chillo cual urraca atrapada en lazo y Romerales enarbola su automática gritando "¡el marica es mío!" lo cual detiene un momento al macizo. Se vuelve al más bajo que parece ser el que manda, este hace un movimiento de cabeza hacia el agente de la Benemérita y  todas las escopetas de los tipos rubios le apuntan de repente. Esto basta para que Romerales pierda de momento el deseo de reclamarme como víctima de su propiedad.enseña los dientes en lo que pretende ser una sonrisa y levanta las manos diciendo:
- Quiero decir, es mío pero se lo presto encantado -añade levantando las manos en son de paz-. Pero dele duro, que es lo que le gusta, ¿vale?
Entonces el mal afeitado vuelve a tirar de mi arrastrándome a la casa con Dios-sabe-qué oscuras intenciones y me pregunto si esta vez, de verdad, mis desventuras van a terminarse de la peor manera posible...

5 comentarios:

  1. ...mis disculpas al sin duda numeroso público albano-kosovar por las posibles deficiencias en la traducción albanés-español!!! Un saludo a Albania y sus aledaños.

    ResponderEliminar
  2. A tí te ha poseido el espíritu de Berlanga!!! Los aledaños de Albania tienen que estar muy contentos de lo bien que has pasado la prueba, y el que suscribe, después de pegarse unas buenas carcajadas una vez más, se ha quedado con una intriga (no exenta de cierto ciertísimo morbo barbidorado -que no Barbie dorado, ojo-) que no sé ni cómo voy a poder dormir esta noche.

    Lo bordas, unangelillo :-)

    Un besote

    ResponderEliminar
  3. Bien, y encima tiros, esta historia tiene de todo.
    Y Casilda que se rebela como la muerte con toquilla, romerales que va a acabar muy mal y un amor incipiente entre la rotunda Helga y su viejecito. A Carlos que lo folle un pez.

    Tío, no sé que va a pasar en el gallinero pero promete.

    Como siempre, me he reído mucho y vas y cortas en el punto clave que eres mu listo tú...

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Besos a ambos, gracias por el apoyo y el interés porque sin ellos sin duda mi mente errática ya habría dejado este asunto a la mitad. Paciencia, que esto creo ya que está en los últimos coletazos...

    ResponderEliminar
  5. Qué nervios, qué intriga, qué dolor de barriga!!!

    ResponderEliminar