martes, 12 de octubre de 2010

20


En mi era "pre-Ojos-Azules", cuando no era la perfeccionada y nueva brillante versión de mi mismo que ahora soy, el tema sexo ocupaba una parte muy importante -por no decir la totalidad- del tiempo que no dedicaba a comer y a dormir. Entonces no era extraño encontrarme ocupando mis ratos de ocio e incluso algunos ratos de actividad laboral visitando páginas de fotos picantes en internet en las que policias, militares o incluso bomberos entablaban tempestuosas relaciones entre ellos o con algún delincuente o recluta cachas que les caía en las garras para la ocasión. Quiero decir que el tema de los uniformes me ponía bastante y entre mis fantasías eróticas se contaba algo parecido a lo que estoy viviendo en este momento, pero con la diferencia de que en esos delirios yo estaba empalmado como un perro deseando que empezase la acción, y en cambio ahora estoy acojonado y preguntándome qué derrotero van a tomar los acontecimientos.
Estoy sentado en la parte de atrás del coche patrulla con Feli al lado poniéndome malas caras mientras allá en la parte de delante, separados por un cristal con agujeritos para que no podamos agarrarles por el pescuezo y hacernos con el control del vehículo, sospecho, están Romerales y su lacayo discutiendo sobre cual es el siguiente paso a seguir.
- Eh jefe, si me permite decir algo -intenta decir el segundo demostrando que alguna facultad para comunicarse con su entorno sí que tiene- creo que deberíamos repasar el...
-...le voy a repasar a usted los cojones por la cara como siga hinchándome las pelotas -le responde Romerales en un alarde de prosa testicular que nos hace intercambiar una mirada muda a Feli y a mi- ¿Es que no quiere estrenar el calabozo del cuartelillo con algo que no sea la media docena de gallinas que ponen los huevos del desayuno?
Gallinas de nuevo. Me pregunto si no tendré yo algún karma chungo con esos bichos.
El coche arranca con un gruñido y nos adentramos por un camino vecinal que yo no conocía, supongo que algún tipo de atajo, Romerales agarrado al volante como si este fuese a salir rodando en cualquier momento y su ayudante sudando tinta china, repentinamente azorado.
- Jefe -insiste mientras todos damos botes dentro del vehículo- es que yo no sé si esto que estamos haciendo es muy legal porque técnicamente no hemos visto nada que...
- Técnicamente me va a comer usted la polla, Martinez. Allí solo estábamos usted, yo y los dos mariconcitos, nuestra palabra es el puto Nuevo Testamento en comparación con la de ellos.
- Pero yo no sé si...
- Usted Martínez solo tendrá que decir "amén-jesús" a todo lo que yo diga en el caso de que haya que decirle algo a alguien, ¿entendido? ¿hay alguna parte que no entienda del asunto?
Martínez nos mira con sus ojos de cordero anestesiado un momento y emite un discreto resoplido. Esto hace a su jefe volverse hacia él con una mirada de no dar crédito a la situación, sin duda está acostumbrado a que su ayudante haga el papel al que yo también estoy acostumbrado, esto es, una presencia silenciosa emplazada permanentemente en el borde del campo de visión.
- ¿Ya le he dicho que me está usted hinchando los huevos, Martínez?
- Sí señor -susurra el tipo en un tono que me hace por primera vez sentir algo parecido a la compasión por alguien vestido con ese tono de verde-.
- Martínez, si está usted haciendo carrera conmigo es porque se limita a venir detrás de mi sin hacer en ningún momento el papel de grano en el culo. ¿Que nos está pasando de repente, Martínez? ¿A donde hostias ha ido nuestra buena relación?
Pillamos un bache de tales dimensiones que el coche-patrulla hace un pequeño planeo antes de tocar suelo de nuevo, arrancándonos un gritito a Feli y a mi en la parte de atrás.
- Vaya, ustedes perdonen, señoritas, conduciré con más cuidado a partir de ahora, ha-ha-ha -ríe pérfidamente Romerales pero creo que desde ese momento se preocupa de no dejarse un bache sin pisar en todo el recorrido-.
- Jefe, es que yo...
Todos miramos atónitos a Martínez porque creo que ninguno de los tres -al menos no Feli ni yo- insistiríamos en las réplicas con las perlas que afloran a cada segundo del bigote de Romerales.
- Ahora sí que me estoy mosqueando de verdad -gruñe la fiera sin apartar la vista de la carretera- Espero que lo que tenga que decir a continuación sea importante porque si no...
-...verá, jefe, no sé si es el momento más adecuado para decirle esto...
Feli y yo meneamos negativamente la cabeza, convencidos de que sin duda NO es el mejor momento, pero a pesar de que veo los ojos de Martínez echarnos un vistazo momentaneo por el espejo retrovisor, el tío sigue adelante sin miedo a la muerte.
- ¿...y biennn, Martínez? ¿qué tipo de jodida confidencia me va a hacer usted justo ahora que tengo esta mala leche que me hace hervir las venas y con los dos sodomitas ahí detrás regodeándose a costa de nuestro buen entendimiento?
-...pues es que yo...
Todos guardamos un expectante silencio, creo que hasta Romerales está intrigado y sorprendido por la insistencia y repentina rebeldía de Martínez. El chico vuelve a resoplar y al fin se arranca:
-...es que yo no lo veo bien porque yo...yo también...yo también "eso".
Desde donde estoy solo veo un ojo inyectado en sangre de Romerales clavarse en su compañero de patrulla.
- Martínez...-dice bajito casi sin respiración-.
-...seguro que no es el mejor momento, no, pero vaya, tengo que decirle que este tipo de conductas no van conmigo porque de hecho yo pensaba comunicarle que mi novio y yo...
El coche pega un gran bandazo y ahora Feli y yo chillamos y nos abrazamos para protegernos mutuamente como dos novicias rodeadas de mercenarios salidos.
-...él es butanero, ¿sabe jefe? y pensaba decirle que vamos a casarnos el prox...
"¿BUTANERO?" oimos gritar a Romerales, ahora el coche no pega un planeo, es un jodido vuelo sin motor, de pronto estamos cabeza arriba, ahora cabeza abajo y un momento después

(fundido en negro)

3 comentarios:

  1. Ay niño, la carcajada que he soltado con lo del karma chungo gallináceo ha sido de antología. Es que no tiene desperdicio. Romerales (lo bien que escogiste el nombre, puñetero), la prosa testicular, las novicias rodeadas de mercenarios salidos....el butanero!!!

    Esto cada vez esta mejor. Glorioso, un-angel, glorioso.

    Un beso, que me sigo riendo con el karma, joer.

    ResponderEliminar
  2. Mare mía del amor hermoso que jartón de reír.

    Sabes, este capítulo es muy cinematográfico, por los detalles, por los diálosgos (conseguidos y que destilan cachondeo).

    Me ha encantado.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Que gusto haceros pasar buen rato, majetes. Agradecido, de vuestro interés y fidelidad. Besos a los dos.

    ResponderEliminar